La casa, situada en la calle el Calvario, fue edificada por el capellán de la Iglesia de San Juan, Baltasar Díaz de Mesa, a finales del siglo XVIII.

Posteriormente, el sacerdote dejó en testamento a Antonio Díaz Llanos, su compadre, la casa y otras propiedades. Este había contraído matrimonio en 1822 con Catalina de Sena, acogida y educada por el capellán. Ambos convivieron con el sacerdote hasta que este falleció.

La vivienda, una casa tradicional de dos plantas, tiene un curioso balcón cerrado, en la fachada lateral, que en algún momento contó con ventanas de corredera. En su fachada principal destacan las ventanas de la planta alta con cristales en la parte superior y asientos curvos en el interior.