San Juan de la Rambla, 09:13 horas |19º C Niebla

Núcleos poblacionales

San Juan de la  Rambla, se encuentra formada por seis núcleos poblacionales, tres al borde del mar como Las Aguas, La Rambla y San Juan y otros que casi se adentran en el Parque Nacional del Teide,como San José, La Vera y Las Rosas.

Esto caracteriza a nuestro muncipio y lo diferencia de los demás,  por ello le invitamos a parar y disfrutar de la variedad de paisajes y climas que hay en los diferentes rincones, desde la tranquilidad de su mar y la valorización de su Patrimonio, hasta la Zona Comercial Abierta de Las Medianías y el frescor de sus cumbres.

San José

Es el barrio más joven del municipio, constituido en la segunda mitad del siglo XVIII tras la construcción de la ermita de San José (que pasaría a ser designada Parroquia a mediados del siglo XX) que junto a la plaza forman el núcleo de la zona alta del municipio.

La historia del barrio relata la tradición agrícola que sus habitantes usaban como sustento económico y que ha dado lugar a la creación de las fuentes de agua que servían como dispensador de este escaso elemento de la época y que en la actualidad constituyen un atractivo turístico, como pueden ser la Fuente de la Zarza en El Pino o la Fuente de Pedro, distinguida por la calidad de su agua y  que a día de hoy sirve de sustento acuífero para una gran parte del barrio.

San José concentra el mayor índice de crecimiento poblacional y el tejido comercial del municipio siendo la principal sede económica y de negocios de la Villa, por lo que podemos encontrar modernas urbanizaciones que conviven con caseríos históricos como Los Quevedos y La Portalina que dejan la huella de los primeros habitantes de esta zona o El Pino, lugar conocido por monumentos naturales como el impresionante ejemplar de pino canario milenario que corona el lugar.

La constante evolución del barrio ha permitido que San José sea también la referencia en educación del municipio, pues es el lugar donde se encuentra situado el Instituto de Educación Secundaria como referencia principal entre los centros educativos municipales.

San Juan

El casco del municipio, declarado Bien de Interés Cultural por la Consejería de Educación en 1993, es considerado como uno de los cascos históricos más bellos de todo Tenerife. Situado entre el barranco de la Chaurera y la Cantera, y entre el risco del Mazapé y la zona costera. es un lugar que conserva una belleza inusitada, con rincones con referencias a la tradición canaria demostrada en sus plazas, casonas, capillas o balcones que conservan vestigios y demostraciones de la espectacularidad de la arquitectura de la época.

Cercano a la costa, está rodeado por verde vegetación que cierra su crecimiento pero no su desarrollo, por lo que este marco le confiere un encanto especial para su descubrimiento y paseo.

El principal atractivo del Casco Histórico es el encanto de cada una de sus calles y callejones y el disfrute para los sentidos que supone la visión de cada rincón, la mezcla entre naturaleza y construcciones históricas, desde el Templo Parroquial hasta las casa de los Cué, hasta las edificaciones de las familias Díaz-Llanos, Oramas, la llamada “casa de piedra” o el paseo por sus plazas y plazoletas, llenas de encanto.

Cruzado en la actualidad por la bella Avenida José Antonio Oramas que ejerce de columna vertebral, el Casco fue constituido en sus orígenes alrededor de dos calles principales, la conocida como “La de Arriba”, el llamado Camino Real y “La de Abajo”, entre las cuales se encuentra el conjunto de edificios demonizados BIC.

La Vera

La Vera, el barrio más grande del municipio, es conocido así por su situación especial al borde del Barranco Ruiz. Con una base agraria, se alza como el barrio con las mejores tierras para el cultivo, produciendo una extensa variedad de hortalizas, cereales y sobre todo papas, famosas por su textura y color.

Entre su estructura encontramos tres caminos principales que dividen su orografía: La Vera Alta, la Vera Baja y el Mazapé, que se convierte en la mayor concentración de terrenos de cultivo de la zona.

Sus viviendas, la mayor parte de construcción moderna o de reforma reciente conviven con el entorno agrícola y con la ermita en honor a San Felipe Neri y plaza de La Vera que coronan el barrio. Destacan las increíbles vistas que se pueden apreciar desde la orilla de La Vera hacia el Barranco Ruiz así como el que se puede apreciar desde El Mazapé sobre San Juan y la costa norte de Tenerife.

Sus propias calles, los senderos naturales habilitados para su disfrute y lugares entrañables como los antiguos Lavaderos de La Vera hacen que este barrio sea una visita obligada dentro del municipio.

Las Aguas

En sus comienzos, el lugar era conocido por su paisaje rocoso, seco y volcánico. La propia secura del paisaje junto al contraste de manantiales naturales y fuentes le dio el nombre que el barrio tiene ahora, surgido de la propia importancia que se le dio al agua en la zona.

En la actualidad es un pintoresco barrio junto al mar que baña la costa de San Juan de la Rambla, construido sobre los restos de un antiguo brazo de lava volcánica.

Sus casas blancas producen un magnífico contraste de colores junto a la negrura de las rocas, el verde de las plantaciones y el intenso azul del mar. Las Aguas es también testigo directo de las escarpadas terrazas de los Alenes y el majestuoso risco del Mazapé.

Cruzada por la Avenida de Las Aguas que une San Juan con el centro del barrio, es la puerta al mar del municipio, conservando una playa de callaos y un embarcadero, así como el Roque que armoniza con el paisaje.

El olor a salitre, como punto fundamental de su propio paisaje complementa una oferta que va desde una exquisita gastronomía a unas vistas al mar que hacen de los paseos eventos inolvidables.

Las Rosas

Este barrio es llamado así por su propia historia, pues en la antigüedad era una zona con una amplia densidad de zarzales, maleza y monte bajo que tuvo que ser “rozado” para la eliminación de toda esta vegetación que impedía la utilización de sus terrenos para el cultivo. Situado en la parte alta del municipio, al borde del barranco de la Chaurera, se ensancha a lo largo de un camino que sale desde la carretera que une Los Realejos y La Guancha  y llega hasta La Corona.

La ermita en honor a Santa Rosalía y la plaza son el meridiano de un barrio eminentemente residencial, aunque en la actualidad todavía se conserva el brote agrícola que deja patente que el sector agrario sigue siendo el pulmón del municipio.

La Casa Grande junto al Lomo de las Suertes se alza como uno de los grandes encantos del barrio. Siendo en su pasado la residencia de la familia Oramas, es hoy un vástago del pasado que sobrevive para su admiración.

La Rambla

Este barrio, presente desde los inicios del municipio, era famoso ya desde el siglo XVI por sus tierras fértiles y su abundante agua. Situado en un lugar privilegiado entre el término de Los Realejos  y  el comienzo de San Juan de la Rambla, en la desembocadura del Barranco Ruiz, es un remanso de paz dentro de la geografía del municipio. Al borde del Camino Real, La Rambla supone un balcón perfecto al mar y un reflejo de su pasado entre los restos de viejas haciendas situadas en la antigua Rambla de los Caballos.

Su paisaje se encuentra coronado por la ermita de Nuestra Señora del Rosario, presente desde el siglo XVII, y la plaza, que está a poco más de 50 metros del nivel del mar siendo el principal centro de reunión y festejos de los vecinos, encontrándose limitada además con el Centro Cultural Rambla, antiguo Teleclub, que manifiesta el carácter especial y afable de los habitantes de este barrio donde predomina la cooperación vecinal y el amor por su geografía.

De especial interés turístico, la estrecha relación de La Rambla con los campos de plataneras y el mar  le profiere al lugar un aire bucólico idóneo para su visita, siendo mirador privilegiado de la costa de Las Aguas y de Los Realejos.