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Paisaje protegido los campeches, Tigaiga y Ruiz

El Paisaje Protegido de los Campeches, Tigaiga y Ruiz se encuentra protegido por el Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, que aprueba el texto refundido de las leyes de Ordenación del Territorio y de Espacio Naturales de Canarias.

Situado en el norte de Tenerife, tiene una superficie de 691.2 y se reparte entre los municipios de Los Realejos y San Juan de la Rambla.

El rango de altitudes del espacio protegido abarca desde el nivel del mar hasta los 1.300 metros, incluye la parte inferior de la ladera de Tigaiga, los antiguos acantilados que forman el límite norte y el barranco de Ruiz, siendo estas pendientes, en general, muy elevadas.

El acceso al Paisaje Protegido de los Campeches, Tigaiga y Ruiz es sencillo ya que se encuentra atravesado por la carretera C-820, prolongación de la Autopista del Norte TF-5, la carretera local TF-221 que une La Orotava y La Guancha , y la carretera local TF-2218 que discurre por las cotas más altas. El número de pistas y senderos es elevado, con las limitaciones que impone la abrupta topografía. El clima de esta zona es principalmente húmedo con precipitaciones y vientos alíselos. 

Dentro de este paisaje protegido se encuentran algunos elementos de interés patrimonial identificados tales como:

  • Cruz del Angel o del Agua (ET 7941) pileta, pozo-aljibe.
  • Fuente del Bardo (ET 7492) vivienda tradicional.
  • Fuente del Bardo 2 (ET 7494) vivienda tradicional.
  • Lomo Hurtado (ET 7493) vivienda tradional.
  • El Andén (ET 7495) casa asilada.
  • Lomo El Velao (ET 7496) vivienda tradicional.
  • Lomo Juan Guardia (Et 7497) cueva.
  • Finca La Pared (Et 7498) vivienda tradicional.
  • Barranco de Ruiz (Et 7499) vivienda tradicional.
  • La Fajana (Et 74910) casas aisladas.
  • Icod el Alto (ET 74911) vivienda tradicional.
  • Icod el Alto 2 (ET 74912) vivienda tradicional.
  • Barroso (ET 74913) camino real.
  • Madre Juana ( ET 74914) vivienda tradicional.

Hay que destacar la existencia de un patrimonio arqueológico, la existencia de yacimientos por parte de la población prehispánica, debido a la presión agrícola de los vecinos y el descubrimiento de éstos, junto con la colaboración del Museo Arqueológico de Santa Cruz.

Hay una gran variedad de flora y fauna dentro del espacio protegido y se debe a la variedad de hábitats producto del amplio rango de altitudes. Los lugares más interesantes para la fauna vertebrada son los enclajes de laurisilva y los que incluye rodales de bosques termófilos, que concentran las principales poblaciones de paloma turqué y rabiche. El escaso murciélago de bosque también está claramente ligado a la laurisilva, destacando también la presencia de lechuzas, cernícalos o la codorniz.