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Los jóvenes rambleros aprendieron a apreciar a las plantas por encima de lo ornamental

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Buscar bichos en la tierra fue la actividad más demandada

Esta semana culminaron los talleres de jardinería coherente donde los jóvenes del “Campus en el Campo” aprendieron sobre plantas medicinales canarias, de cómo funciona el ecosistema ligado a las huertas y los procesos de polinización.

Uno de los talleres que más interés despertó entre los participantes fue el de plantas canarias, donde comprendieron cuáles pueden resultar tóxicas y las que pueden remediar dolencias o enfermedades.

“Hicimos una combinación de plantas medicinales y a cada hoja se le entregaba un poder para poder entender cada uso de las típicas aguas que preparaban nuestras abuelas”, relató Alba Rampérez, fundadora y docente de Can-Bio Diversity, encargada de impartir el taller. “De hecho, una de las labores fue preguntar a las abuelas el uso adecuado de cada planta con la enfermedad asociada”, añadió.

Los chicos conocieron de primera mano el viñátigo, de gran valor ornamental y frutos tóxicos, aunque las infusiones de su corteza se utilizaban para tratar eczemas e infecciones de piel. La siempreviva, planta de referencia en el pasado de los hogares canarios para la faringitis y como antibiótico natural. El pasote, como remedio eficaz como antiparasitario y problemas estomacales y la lavanda canaria, también conocida como matorrisco.

Rampérez explicó que el objetivo principal del proyecto fue hacer jardines coherentes, complementando la estética con la realidad de las plantas, los procesos de polinización y los organismos que viven en el suelo en el mismo ecosistema.“Fue un trabajo individualizado, según la necesidad de cada grupo y de cada niño”, comentó. 

Al respecto explicó que a los niños en exclusión y los que requerían mayor atención aplicó una metodología terapéutica “para paliar la dispersión y destacar sus virtudes”. Detalló que “a algunos les encargamos la misión de buscar bichos en la tierra y a otros a organizar el trabajo”. Los chicos también tuvieron la oportunidad de construir un bebedero “con pequeñas piedras para facilitarles el trabajo a las lagartas y a las abejas encargadas de la polinización”.

Cabe recordar que el proyecto “Campus en el Campo”, desarrollado por el área de Bienestar Social que dirige la edil Gloria Méndez, está subvencionado por el Cabildo de Tenerife.